La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reconoció al presidente de Colombia, Gustavo Petro, como huésped distinguido de la Ciudad de México, debido a “su larga historia de lucha por la democracia, la justicia social, económica y ambiental; por el respeto a los derechos humanos, y por su contribución a la paz y la igualdad en América Latina”.
En el salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la mandataria capitalina aseguró que la Ciudad de México recibe y alberga a personas de diversas nacionalidades que siempre son recibidas de forma hospitalaria -algunas de ellas colombianas- que han aportado: ciencia, música, humanidades, gastronomía, y “sin dejar de mencionar la belleza con que construyen mundos a través de la palabra”.
“En este acto solemne, el gobierno de la Ciudad de México celebra su presencia, presidente, y lo nombra Huésped Distinguido en reconocimiento a su larga historia de lucha por la democracia, la justicia social, económica y ambiental; por el respeto a los derechos humanos, y por su contribución a la paz y la igualdad en América Latina”, expresó.
Indicó que México y Colombia actualmente comparten gobiernos nacionales, en la que destacó el trabajo de la vicepresidenta del país cafetalero, Francia Márquez, y del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pues dijo que “se condensa el anhelo de nuestros pueblos de contar con representantes populares que miren por el bienestar de las grandes mayorías”.
“De los que menos tienen y construyen progreso con justicia; de quienes defienden el inalienable derecho a la libre expresión y no venden sus principios; para quienes la autoridad moral está construida en una historia de consecuencia y de valentía; quienes no se vencen frente a la adversidad”, señaló.
Sheinbaum Pardo recordó que -por décadas- se postuló el principio máximo del mercado como el solucionador de todos los problemas y el mejor distribuidor de la riqueza “convirtiendo en mercancías derechos humanos y de la naturaleza”. A comparación del día de hoy, que aseguró que es diferente, ya que “se construyen modelos particulares para cada país, pero que coinciden en la importancia de la disminución de las desigualdades, el derecho al bienestar de todas, la erradicación de la corrupción, de la discriminación y la justicia como principios”.
“Bienvenido a la Ciudad de México, señor presidente Petro, presidente de la República de Colombia. Por todas las razones y emociones que compartimos, acepte el reconocimiento que le brinda el pueblo de la Ciudad de México y su gobierno, como huésped distinguido de la Ciudad de México. Muchas gracias”, reiteró.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, resaltó la llegada de la izquierda a su país, pues afirmó que antes, para llegar al poder “los presidentes tenían que tener los apellidos de abolengo, tenían que tener la tez clara, tenían que ser dignos descendientes de la monarquía española”.
“Por eso Colombia durante dos siglos no pudo construir una democracia, construyó una República, pero no una democracia. Y después de asesinatos y violencias por doquier, por primera vez tiene un gobierno popular, similar al que representó por pocos meses el General José María Melo”, comentó.
“Estar aquí en México entonces para mí es todo un honor. De revolucionario colombiano, que ahora se vuelve Presidente engarzado en los problemas contemporáneos, que a veces nos llevan hacia atrás, que revierte las opciones del futuro; o que a veces también nos llevan, como los vientos, hacia delante, como si fuéramos velas de galeones todavía”, añadió.
Petro criticó que se llevó a cabo en México la Conferencia de Acción Política Conservadora 2022, y que a ella “vinieron de Colombia también, una mujer -no voy a decir su nombre-, y la decisión de ese congreso de las extremas derechas mundiales era considerar el feminismo, enemigo; como si se asimilara al comunismo. ¿Qué dirían las mujeres del mundo hoy? Extremas derechas temerosas de la mujer libre, de la mujer igualitaria, temerosas de la mujer”.
Insistió que las extremas derechas son temerosas de consumir menos, en términos de carbón y de petróleo, “que es el único camino para salvar la vida”; además de que también son temerosas de los inmigrantes, pues expuso que “¿cuántos centenares de miles –yo diría millones–, no han cruzado por aquí pensando en pasar el Río Bravo? ¿Cuántos han muerto? ¿Cuántos han devuelto?”.
“Ese miedo al inmigrante que hace levantar muros, poner ametralladoras y campos de concentración, y asesinar, como en el sur, en el norte de Marruecos y al sur de España. O hacer del Mar Mediterráneo, ahí cerca donde nació la palabra democracia, la fosa común más grande del planeta, de gente que se ha ahogado tratando de tener un lugar donde vivir, al del color más oscuro en la piel, ha juntado entonces una barbarie que se insinúa, porque de nuevo las extremas derechas ganan las elecciones en el norte”, resaltó.
“Es 1933, por lo menos en América Latina, que ahora nos ven como un faro, ya no somos nosotros los que vamos a París a estudiar. Ahora nos convertimos en faro y no es seguidores, y esa es una enorme responsabilidad en estos tiempos del mundo, esa América Latina en donde alumbra el siglo. Nos toca ser de nuevo una generación que sea capaz de cambiar el mundo. Y México es una ciudad que ha demostrado que está en las vanguardias cada vez que se habla de cambiar el mundo”, concluyó el presidente de Colombia.
(milenio.com)