La senadora Silvia Garza Galván alertó sobre los daños a la salud provocados por el tabaquismo, que se traducen en que más de 80 por ciento de los fallecimientos de personas que viven en países de ingresos bajos o medianos con por fumar.
“La población debe reconocer las consecuencias sanitarias, económicas y sociales que trae consigo el consumo de tabaco, así como las causas adversas por el comercio ilícito de sus productos, expuso la legisladora del Partido Acción Nacional (PAN)
En el marco de la celebración del Día Mundial Sin Tabaco, que se conmemora este domingo, recordó que desde 1987 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió emprender una campaña global para disminuir el consumo de tabaco.
En ese marco la senadora por Coahuila llamó a la ciudadanía a sumarse a la campaña sobre el control del tabaco, mediante su difusión a través de las redes sociales para que los mensajes y consejos que se emitan coadyuven a disminuir paulatinamente su consumo.
“El uso mundial de tabaco mata cada año a casi seis millones de personas, de las cuales más de 600 mil son no fumadores que mueren por haber respirado humo pasivamente. Y si no actuamos, a partir de 2030, el tabaco matará cada año a más de ocho millones de personas”, remarcó.
Garza Galván resaltó que en este 2015 la OMS se ha enfocado en exhortar a los países miembros a poner fin al comercio ilícito de productos de tabaco, que en principio afecta el comercio formal hasta en una décima parte de los cigarrillos consumidos en el mundo.
En respuesta a esa amenaza, la comunidad internacional negoció y adoptó en noviembre de 2012 el Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de productos de Tabaco.
Indicó que entre los objetivos de la campaña del Día Mundial Sin Tabaco para este año está sensibilizar a la población acerca del daño que el comercio ilícito causa a la salud, especialmente a los jóvenes y grupos de bajos ingresos, porque aumenta la accesibilidad y la asequibilidad de esos productos.
La legisladora panista señaló la importancia de difundir que los grupos criminales amasan grandes fortunas con la comercialización ilegal de productos de tabaco, recursos con los cuales financian otras actividades delictivas, como el tráfico de drogas, armas o seres humanos.