Hasta antes de 1975, el lugar donde las mariposas monarcas hibernaban era todo un misterio. El largo viaje desde el sur de Canadá excede la vida de cualquier monarca y la manera en que la especie es capaz de volver a los mismos sitios de hibernación, tras varias generaciones, aun se investiga.
Los lugares que las monarcas escogen para hibernar luego de cuatro mil kilómetros de vuelo, son justamente los bosques mexicanos, se trata de los pinos y oyameles ubicados en Michoacán y el Estado de México.
Y es que en pocos lugares del mundo se pueden ver mariposas “cayendo del cielo” literalmente, es por ello que nadie puede perderse ese espectáculo que sólo se da en nuestro país, señala Eduardo Rendón, coordinador del Programa Mariposa Monarca, de WWF en México.
En este sentido, Rendón exhorta a la gente a disfrutar del fenómeno, “que tenga la confianza, si no ha venido a ver a la mariposa monarca, pueden venir a Michoacán y al Estado de México con toda seguridad, la gente de los ejidos, de las comunidades y de las ciudades, los van a cuidar, porque no pueden dejar de ver un fenómeno tan impresionante, es único en la naturaleza, probablemente estamos viendo en términos de número, la mayor migración sobre la tierra y el cielo”.
Con nostalgia, Audelia de 73 años, ejidataria y guía de turistas en el santuario Sierra Chincua, en Michoacán, recuerda la llegada de estos insectos, “huy ya tienen mucho tiempo, cuando era pequeña, allá en el Rosario es donde veníamos a ver la mariposa ya andábamos cuidando, porque la mariposa no se cuidaba”.
De hecho, antes de que se descubriera formalmente en 1975, a las mariposas monarcas les llamaban palomas, y “más bien a nosotros nos decían que era una plaga porque venía mucha paloma y que se iba a secar el bosque, pero ya después vieron que ya no”.
En el mismo sentido, Diego, guía de turistas, señala que antes de que iniciara todo lo del turismo, “las veíamos como palomas, nombre común, en ningún momento, nosotros sabíamos que se llamaban mariposa monarca”.
Estamos en plena época en la que el visitante puede presenciar este tesoro ecológico en los santuarios de Michoacán y el Estado de México, es decir, de noviembre a marzo, así que la llegada de turistas a los santuarios, no se hace esperar.
Jorge, estudiante de Ciencias Ambientales, viajó desde Morelia para presenciar este fenómeno migratorio, “todo este proceso de que tienen que pasar muchas generaciones para que lleguen aquí, no me imagino cómo le hacen para llegar, como saben a dónde moverse; además, ésta zona es súper bonita y tiene una riqueza de vegetación muy grande”.
El matrimonio Mark y Lori, de Ontario, Canadá, compartió la sorpresa: “las amamos, viajamos en la costa del pacifico de california y el lugar donde paramos vimos miles de mariposas, pero aquí es mucho mas la cantidad, estas mariposas vienen del este de Canadá”.
Lo recomendaríamos, pero por favor vengan en un día soleado, porque hoy está muy nublado. Hemos escuchado de las mariposas todo el tiempo en casa en el verano, vimos un documental de las mariposas y vinimos por primera vez hace dos años no a este lugar, a uno diferente y es muy fascinante, dijo Mark.
Es en 2015 cuando se conmemora el 40 aniversario del descubrimiento de los sitios de hibernación y cuando se cumplen 15 años de la creación de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca.
En 2014, los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá, se comprometieron a la creación de un Grupo de Trabajo Trinacional de Alto Nivel para proteger y conservar el fenómeno migratorio de la mariposa Monarca, que simboliza la unión de las tres naciones.
En 2008 se designó a la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca como Sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO; mientras que en el 2000, se creó la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca.
Fue en 1937 cuando el entomólogo canadiense Fred Urquhart, desarrolló pequeñas etiquetas para marcar a las mariposas Monarca y estudiar su migración y fue hasta 1975 cuando se descubren las áreas de hibernación por parte de Ken Brugger y Catalina Aguado.