La secretaria de la Comisión de Derechos de la Niñez, Claudia Rocío Villa Oñate, llamó a implementar estrategias para prevenir el suicidio en el país, ya que es la segunda causa de muerte de jóvenes de entre 15 y 24 años.
También, exhortó al titular del Ejecutivo para que a través de la Secretaría de Salud instrumente acciones de prevención y atención al suicidio y se trate ese fenómeno como de salud pública.
Además, dijo, incorporar estrategias de orientación, capacitación e inclusión de padres y maestros, para convertirlos en sujetos de soporte para disminuir las intenciones suicidas en los jóvenes.
La diputada del Partido Acción Nacional (PAN) señaló que esa tendencia es el resultado de las transiciones demográficas, sociales y económicas de las últimas décadas, mismas que han provocado que en México haya un incremento en el número de jóvenes fallecidos.
Hizo notar que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican, en el último estudio al respecto, que en 2011, en México se perpetraron cinco mil 718 suicidios; sin embargo, las cifras “negras” actuales se calculan superiores.
Alertó que los principales motivos para cometer actos suicidas son el disgusto familiar, las decepciones amorosas y en tercer lugar la detección de una enfermedad grave o incurable; no obstante, en seis de cada 10 casos consumados no es posible conocer el origen.
Villa Oñate manifestó que el comportamiento suicida ocurre en todos los grupos sociales independientemente de niveles económicos, educativos y de creencias filosóficas, políticas o religiosas.
“Si bien las cifras pueden ser frías, poco precisas y hasta lejanas de la realidad, son la base para hacer conciencia, cuestionamientos y propuestas respecto a cuales deben ser las medidas y la ruta que guíe el trabajo legislativo para evitar esos actos”, agregó.
Comentó que “no hay campañas de prevención ni programas a nivel nacional o estatal que atiendan este fenómeno. Es muy grave porque representa la segunda causa de muerte en adolescentes y adultos jóvenes”.
La legisladora panista, explicó que la familia, los maestros y los profesionales de la salud, no están preparados para evitar las conductas suicidas.
Por lo tanto, agregó, “es indispensable la educación para identificar los síntomas de una persona con esas tendencias, la mayoría da avisos evidentes de sus intenciones”.
Implementar acciones para combatir ese problema, dijo, armonizará el marco jurídico del país con recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha realizado para guiar a los gobiernos respecto al mencionado fenómeno.
Algunas de ellas, prosiguió, son reducir el número de personas con tendencias suicidas, el acceso a los medios para tal efecto (pesticidas, medicamentos, armas de fuego).
Así como tratar clínicamente a quienes padezcan trastornos mentales, en particular depresión, alcoholismo o esquizofrenia, y capacitar a médicos sobre esta conducta, expuso.
Subrayó que las autoridades escolares, a principio de cada ciclo escolar, tendrán que impartir a padres de familia y maestros, una capacitación obligatoria sobre detección de tendencias suicidas y problemas emocionales en niños y adolescentes.