La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) entregó, en coordinación con el Programa de Naciones unidas para el Desarrollo (PNUD), 47 certificados de industria libre de Bifenilo Policlorados (BPCs).
En un comunicado, la dependencia recordó que dichas sustancias son reconocidas a nivel internacional como residuos peligrosos, de ahí la importancia que empresas, gobiernos municipales, estatales y otros sitios hayan recibido esta certificación.
El director general de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas de la Semarnat, Luis Eduardo de Ávila Rueda, destacó la estrecha colaboración que se tiene con el PNUD para impulsar programas de ese tipo y felicitó a las empresas que participaron para destruir 932 toneladas de BPCs.
A su vez, la representante residente adjunta del PNUD México, María del Carmen Sacasa, señaló que para este organismo es esencial la gestión adecuada de los químicos y contaminantes para alcanzar el desarrollo humano sostenible.
Aseveró que el manejo apropiado de esas sustancias tiene una conexión directa con la erradicación de la pobreza, la mejora de la salud humana y del medio ambiente, así como el aumento y mantenimiento del nivel de los países.
Los certificados se entregaron a través del proyecto “Manejo y Destrucción Ambientalmente Adecuados de Bifenilos Policlorados (BPCs) en México”, que opera desde 2009 en colaboración con la Semarnat y bajo el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).
A seis años del inicio del proyecto, la Semarnat destacó que se ha logrado la destrucción de más de 932 toneladas de BPCs mediante el apoyo financiero a empresas que posean esos residuos peligrosos.
Ello ha sido posible financiando desde 20 hasta ciento por ciento de la destrucción o descontaminación de los equipos, lo que equivale a una inversión de 20.2 millones de pesos por parte del proyecto, agregó.
Del total de BPCs eliminados, 228 toneladas fueron destruidas con recursos del Proyecto equivalentes a transformadores y aceites, 429 toneladas destruidas con recursos de las propias empresas y 275 toneladas de materiales contaminados en dos comunidades atendidas.
De esta manera, México continúa su compromiso con la Convención de Estocolmo, ratificada en 2002, por lo que existe el compromiso de destruir en su totalidad esas sustancias antes de 2028.