El mundo entero busca intensamente posibles terapias para el COVID-19. La ivermectina también se cotiza como una supuesta cura milagrosa del COVID-19, especialmente en América Latina, porque el medicamento para el tratamiento de enfermedades parasitarias en animales y humanos es barato y se puede conseguir sin receta. En realidad, se usa para tratar la sarna y las enfermedades causadas por parásitos. Los efectos se basan en modificaciones de los canales de cloruro, lo que lleva a la parálisis y muerte de, por ejemplo, los ácaros de la sarna y de los gusanos del hilo.
Sin embargo, después de que investigadores australianos informaran, en junio de 2020, en la revista Antiviral Research, que la ivermectina reducía considerablemente la carga viral del SARS-CoV-2 en un estudio preclínico in vitro, es decir, en condiciones de laboratorio, comenzó una especie de histeria colectiva en torno a ese medicamento.
Ivermectina despierta esperanza
En Perú, la ivermectina ha sido ampliamente utilizada para tratar las fases tempranas del COVID-19. Sin embargo, en octubre, el gobierno peruano retiró de su guía de tratamiento contra la enfermedad una serie de medicamentos, entre los que figuraba la hidroxicloroquina y la ivermectina, tras indicios sobre su ineficacia.
Ya a fines de junio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había subrayado en un informe que los resultados sobre la eficacia de la ivermectina para reducir la carga viral en cultivos de laboratorio no son suficientes para indicar que dicho preparado sería beneficioso desde el punto de vista clínico.
Aun así, la ivermectina sigue gozando de mucha popularidad en América Latina como medicamento “milagroso” contra el COVID. En Honduras, por ejemplo, la Mesa Multisectorial para la Apertura Económica y Social pidió la semana pasada al gobierno que permitiera el “uso voluntario de la ivermectina de manera profiláctica, para combatir el COVID-19.
Falta de pruebas clínicas sobre su eficacia
Sin embargo, todavía falta una prueba de eficacia realmente sólida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) desaconsejan el uso de la ivermectina para el tratamiento de COVID-19 y advierten de los efectos secundarios. Se necesitan más pruebas para determinar si la ivermectina puede ser adecuada para prevenir o tratar el COVID-19, dijeron.
El Organismo de Reglamentación de Medicamentos y Productos Sanitarios de Sudáfrica (SAHPRA) también desaconsejó su uso a finales de diciembre de 2020, diciendo que aún no había datos confirmatorios sobre la ivermectina para su uso en el tratamiento de las infecciones por COVID-19. En cuanto a la seguridad y la eficacia, no hay pruebas que apoyen el uso de la ivermectina y no se dispone aún de ensayos clínicos que justifiquen su uso.
La ivermectina figura en la lista de medicamentos esenciales de la OMS porque es eficaz contra una amplia gama de parásitos. Solo por eso, por el momento.
(dw.com)