Especialistas en derecho informaron que las trabajadoras adultas son las más expuestas a la discriminación laboral, por factores como la edad, la apariencia física o si tienen a su cargo el cuidado de hijos.
Nadia González Elizondo, experta del área laboral de la firma de abogados Santamarina y Steta, expuso que cada vez son menos las empresas que piden exámenes de embarazo como condición para la contratación.
Sin embargo, sostuvo que todavía existen otras formas en las que las mujeres trabajadoras están expuestas a la discriminación.
Considera por ello importante que las empresas conozcan la ley a fondo para evitar prácticas que resulten discriminatorias, aunque parezcan inocuas.
Si una empresa publica una oferta de trabajo en la que solicita a una asistente con un perfil de estatura, apariencia, edad y sexo determinados, cuando las funciones del puesto las puede desempeñar una mujer adulta con otras características, se incurre en discriminación.
Señala que el ejemplo más típico es el solicitar candidatos para puestos de trabajo con denominación masculina, como “ejecutivo”, en lugar de “persona con perfil para puesto ejecutivo”.
Así, advierte, la discriminación laboral se da por falta de conocimiento de las normas legales y por estereotipos arraigados en la sociedad.