Cancún.- Con un llamado a retomar una agenda de reformas que permitan elevar la productividad y revitalizar el crecimiento de América Latina, fue inaugurada aquí la 45 Asamblea General de Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (Alide).
La presidenta del organismo regional, María Soledad Barrera, afirmó que América Latina está en una coyuntura que si bien no alcanza los niveles críticos de 2008, sí es preocupante por sus impactos en el crecimiento de la zona que lleva a replantear muchos temas.
Apuntó que los pronósticos de crecimiento para América Latina fueron reducidos drásticamente y en el mejor de los casos crecería 1.0 por ciento, muy por debajo del 2.8 por ciento en 2013 y de las tasas de 6.0 por ciento alcanzadas hasta antes de la crisis de 2008.
Este menor crecimiento obedece al pobre desempeño del comercio internacional, la disminución del ritmo de crecimiento de China, los bajos precios de materias primas, volatilidad financiera internacional y la posible alza de tasas de interés en Estados Unidos en el corto plazo, entre otros.
Precisó que hay particularidades de las economías latinoamericanas en términos de sus estructuras y sus formas de inserción en el desarrollo mundial, que se manifiesta en una heterogeneidad y en la forma en que los efectos externos terminan afectándolas.
Para enfrentar la situación económica actual, destacó, hay experiencias, estrategias y políticas exitosas que pueden servir de referencia, y en este camino van los países latinoamericanos y las instituciones financieras deben acompañar esos procesos.
Estimó que América Latina debe hacer un esfuerzo para aumentar la productividad, sin dejar de lado las inversiones en innovación y desarrollo tecnológico, fomentar la formación de emprendedores, continuar con proyectos de infraestructura y elevar la calidad de la educación.
“Aquí la Alide es un instrumento idóneo para contribuir a la política de integración de la banca latinoamericana, facilitar el comercio, los flujos de inversión e integrar a las empresas en las cadenas internacionales de valor”, destacó la dirigente del organismo.
Añadió que los bancos de desarrollo están llamados a promover el objetivo de mejorar el bienestar de los ciudadanos y 130 millones de pobres de América Latina, así como incluir a sectores nuevos y tradicionalmente excluidos de los servicios financieros.
El director general del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), Enrique de la Madrid Cordero, coincidió en que América Latina enfrente retos inmediatos para retomar ritmos de crecimiento más vigorosos, pues su “época de bonanza llegó a su fin”, ante el entorno externo desfavorable y la caída de los precios de las materias primas.
Si a esto se le suma la eventual normalización de la política monetaria de Estados Unidos y sus posibles efectos en el costo de financiamiento en la región, “se hace indispensable tomar medidas para enfrentar estos efectos y retomar ritmos de crecimiento más vigorosos.
“Es importante retomar la agenda de reformas estructurales que permitan aumentar la productividad y la rentabilidad de las inversiones”, subrayó, al apuntar que esta reunión de la Alide permitirá intercambiar conocimientos sobre las acciones de la banca de desarrollo para impulsar el dinamismo de las economías.
“Aun cuando los precios de los commodities llegaran a tener cierta recuperación, necesitamos nuevos motores de crecimiento basados en una mayor productividad y competitividad”, consideró De la Madrid.
El director general de Nacional Financiera, Jacques Rogozinski, dijo a su vez que México comparte la visión de la Alide de impulsar políticas efectivas en pro del desarrollo y de la productividad de los países de la región.
Resaltó que la productividad y el desarrollo son temas prioritarios para México, por lo cual estos dos conceptos son el eje de las 11 reformas que impulsó el gobierno y aprobadas por el Congreso, con el objetivo de que el país se adapte a las nuevas circunstancias globales.
Expuso que las reformas que se implementan en México no son un ejercicio de retórica ni mucho menos una idealización, sino acciones concretas que cambian las reglas del juego en temas fundamentales, como el energético, telecomunicaciones, educación y justicia, entre otros
En el caso de la reforma financiera, precisó, ya reporta resultados tangibles, pues las siete instituciones de la banca de desarrollo en México alcanzaron en 2014 la ambiciosa meta de impulsar crédito por 1.2 billones de pesos.
Rogozinski señaló que con la Alide y sus instituciones integrantes, la banca de desarrollo mexicana comparte un claro mandado de maximizar el impacto de su labor en el desarrollo.
“Estamos enfrentando así nuestros nuevos retos de un mundo global y de una revolución de expectativas en nuestra población. La mejor historia de la banca de desarrollo latinoamericana está por escribirse”, subrayó.