El ex fiscal de Guerrero, Iñaki Blanco Cabrera, acusó al abogado de los padres de los 43 normalistas, Vidulfo Rosales Sierra, de manejarse de manera contradictoria e inconsistente respecto a los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre de 2014, con la intención de generar confusión entre la opinión pública.
El fin de semana, Rosales Sierra acusó al ex gobernador, Ángel Aguirre, y su ex fiscal, Iñaki Blanco, de pretender “darse baños de pureza” al declarar públicamente que la noche del 26 de septiembre de 2014, trataron de hacer todo lo que estuvo en sus manos, pero que se toparon con un gobierno federal que no los apoyó.
“Están tratando de salvar el pellejo”, dijo el también abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan.
La mañana de este lunes, Blanco recordó que cuando asumió la titularidad de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ), la cual se transformó en fiscalía, tenía bajo su mando casi 700 elementos de la Policía Investigadora Ministerial, sin embargo, por lo menos la mitad estaba reprobada en control y confianza, de tal suerte que la fuerza de reacción en la PIM se reducía a 350.
Refirió que esos 350 elementos debían dividirse en los 81 municipios del estado, teniendo en cuenta la necesidad de reforzar a las ciudades con mayores indicadores de violencia, de tal suerte que, salvo los casos de Chilpancingo y Acapulco, el resto de las ciudades de la entidad se quedaban con la presencia de tres a cuatro elementos de la Policía Ministerial.
En Iguala, como estaba por ponerse en marcha el Sistema Adversarial Acusatorio, la presencia se había reforzado, de tal suerte que se contaba con un grupo de 12 a 15 elementos, quienes debían trabajar por turnos.
Bajo dicha circunstancia, cuando se desataron los enfrentamientos contra los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala estaban de servicio entre seis y siete elementos. Se debe considerar, que los hechos ocurrieron una noche de viernes.
Una vez que se confirmaron los hechos, dijo que se ordenó concentrar a la mayor cantidad de personal de la Policía Ministerial, peritos y agentes del Ministerio Público en Iguala, para ello se llamó a personal de Acapulco y Chilpancingo, a pesar de que aún no se tenía certeza de lo que sucedía.
Con todas las limitantes, explicó que durante la madrugada del 27 se puso en marcha un operativo el cual permitió la recuperación de 68 estudiantes.
El abogado Rosales Sierra sostiene que de habérselo propuesto, las autoridades de Guerrero hubieran podido reunir una fuerza de, por lo menos, mil elementos para dirigirlos hacia Iguala.
Iñaki Blanco sostuvo que pidió el apoyo de la policía estatal, sin embargo, recordó que él no era el jefe de dicha corporación y por lo tanto, no podía tomar una decisión sobre el personal de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Indicó que sí hubo una respuesta a la petición de apoyo, pero ésta se dio en el contexto de las limitaciones que se tenían.
Respecto al personal de la federación, ahí sí reconoció que no hubo el respaldo que se requería.
“Vidulfo es contradictorio”
Iñaki Blanco sostuvo que, sus planteamientos desde el 2014, no han variado, pues siempre ha sido consistente respecto a las acciones puestas en marcha, lo cual está en los expedientes sobre el caso.
“Lo que no se vale es manipular, a partir de posturas sesgadas y parciales confundir a la opinión pública”, destacó.
Luego, señaló que desde octubre de 2014, cuando presentó un informe sobre los hechos, su discurso no ha variado, situación que, de acuerdo con el ex fiscal, no sucede en el caso de Rosales Sierra.
“Vidulfo ha sido contradictorio, inconsistente, ha sido ambiguo, pues de repente dice que participó tal o cual agrupación y luego dice que no”.
“Hace un año, recordemos que él fue uno de los principales impulsores del dicho de Gildardo López Astudillo (presentado como el testigo protegido Juan), aquí hay algo que yo nunca he comprendido; ¿Cómo es posible que acepten que se haga testigo colaborador a un personaje que está probado, es uno de los principales perpetradores de la desaparición de los normalistas? Por eso bastó que se dieran a conocer unos chats que obtuvo el Ejército, para que hoy ya no se impulse, respalde ni se trate de vender la historia de Juan”.
Actualmente, dijo que se sabe que el testimonio de “Juan”, a quien Iñaki se refiere como El Gil, es un testimonio cargado de errores y de inconsistencias, sin embargo, sostiene que en su momento el abogado Rosales le otorgó credibilidad.
“Yo he sido consistente, el informe se le entregó a todos los medios presentes en la conferencia de prensa, se subió al internet y desconozco por qué se sacó de la red”.
(milenio.com)