Mérida.- En México se estima que 1.6 por ciento de la población es portadora de la hepatitis tipo “C” y pese a su impacto, el 80 por ciento de las personas que la portan, desconocen que padecen la enfermedad.
La coordinadora general del grupo “Voces frente a la hepatitis C”, Miriam Castellot Canto, afirmó que esta cifras son preocupantes, si se considera que el paciente puede presentar los primeros síntomas de la enfermedad 25 años después de haberla contraído.
“Desde diciembre de 2012 esta enfermedad se incluyó en el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos del Seguro Popular, lo que definió como ‘un gran logro’, pero sólo cuatro hospitales públicos en el país cuentan con la certificación para poder tratarla”, mencionó.
Recordó que el que el próximo 28 de julio es el Día Mundial contra la Hepatitis, enfermedad que “desafortunadamente de no ser tratada a tiempo puede llevar a una cirrosis o a un cáncer, por eso estamos luchando para que este padecimiento sea detectado a tiempo”.
Al respecto, el especialista en medicina interna y gastroenterología del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán (HRAEPY), Carlos Galván Castro, expuso que la hepatitis “C” es un padecimiento que afecta a 400 millones de personas en el mundo, con una mortalidad de cuatro mil por año.
Cansancio, agotamiento y sangrados son parte de la sintomatología de la enfermedad que “lamentablemente cuando se presentan es que ha avanzado, aunque en la actualidad existen medicamentos en el sector salud público que de llegar aún a tiempo, pueden tener una efectividad de 60 por ciento”.
De acuerdo con el genotipo de la enfermedad que deriva en cirrosis o algún tipo de cáncer, el tratamiento puede durar de entre seis a un año, que incluye inyecciones y pastillas.
Empero, existe una gama de nuevos antirretrovirales de primera generación con una efectividad del 90 por ciento y una duración de unas 12 semanas, pero cuyo costo asciende a los 110 dólares por sesión.
Galván Castro recordó que las personas con mayor posibilidad de contraer la enfermedad y que deben de realizarse pruebas sanguíneas son aquellos pacientes receptores de sangre y de órganos antes de 1995, ya que se carece de la certeza de que este exenta de enfermedades de este tipo.