Puebla.- José Hernández Moreno, primer astronauta de origen mexicano en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), exhortó a estudiantes UPAEP a soñar en grande, planeen su futuro y, sobretodo, ser perseverantes en su meta.
Durante su visita a la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) en donde impartió su conferencia “El niño que tocó las estrellas”, dijo que los sueños se hacen realidad, pero también se vale fallar.
José Hernández, quien creció y nació de una familia campesina de migrantes de Michoacán, que viajaban nueve meses a Estados Unidos y regresaban tres meses a México, dijo, que a los estudiantes que su vida ha sido bonita, y que sus mejores recuerdos están en su país.
Ante cientos de estudiantes contó su historia de cómo llegó por méritos propios a ser el primer astronauta de origen mexicano en la NASA, con lo que muestra que las metas y sueños son alcanzables, y dijo que a los 10 años le expresó a su papá su deseo.
“Tengo una familia típica migrante, y cuando estaba en el segundo grado, le comenté a mi padre el interés de ser astronauta. La respuesta de él fue que sí podría llegar, y para ello tenía que seguir una receta de cinco pasos”, comentó.
Hernández Moreno mencionó que el primer paso era “decir lo que quiere ser, segundo reconocer que tan lejos está uno de la meta, el tercero es crear un mapa de dónde estás y hasta donde llegar. Eso es una guía de vida; cuarto lo estás haciendo que es la escuela y obtén buenas calificaciones, ya que no hay sustituto para una educación”.
Resaltó que el quinto punto es el esfuerzo en los campos agrícolas, esto debido a que su estancia en Estados Unidos era estar en California al sur en su inicio, para después viajar el centro y posteriormente al norte, todo esto para pisca de cereza durazno, pera, jitomate y la uva.
“El esfuerzo en los campos quiero que los pongas aquí, cuando te recibas ponlo en tu trabajo siempre entrega más de lo que la gente espera de ti para triunfar en la vida, es el quinto punto que me dijo en ese entonces mi padre”, destacó.
Agregó que un sexto punto es la perseverancia, no deben darse por vencidos tan fácil, sentenció.
Para ser parte de la NASA aplicó 12 veces su solicitud, de las cuales en 11 ocasiones fue rechazado, de ahí, pero logró aprobar en 2004. El primer año que buscó ingresar fue en 1992, y al no aprobar siguió preparándose como piloto, buceo y hasta ser parte de un proyecto en Siberia.
Recordó que fue el 28 de agosto de 2009 cuando a bordo del transbordador espacial Discovery participó en una misión en la Estación Espacial, en donde había una tripulación internacional para tal objetivo.
Comentó que su desempeño fue como ingeniero de vuelo, y al mismo tiempo fue uno de los operadores de los brazos robóticos en la misión.