Berlín.-El estadio Olímpico de Berlín se convierte desde este martes y hasta próximo 5 de agosto en la sede de los Juegos Macabeos Europeos, una especie de Olimpiadas para los ciudadanos judíos.
Un evento deportivo con gran carga histórica, ya que se celebra en el mismo escenario en el que en 1936 Adolf Hitler inauguró los Juegos Olímpicos en los que estaba vetada la participación de alemanes de origen judío.
Esta era una cita en la que el Führer quería demostrar su teoría de la supremacía aria, una teoría que sin embargo le desmontó el afroamericano Jesse Owens, quien ganó cuatro medallas de oro y batió cuatro récords mundiales en Berlín.
Esta es la primera vez que Alemania alberga esta competición en los 86 años de historia de los Juegos Macabeos.
La elección de Berlín como sede no es casual, sino que coincide con el 70 aniversario del fin del Holocausto y la II Guerra Mundial y se produce también cuando se cumplen 50 años de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Alemania e Israel.
“El hecho de que los Juegos Macabeos se celebren por primera vez en suelo alemán me alegra y me emociona mucho. La historia de Berlín destaca este evento de una manera única”, dijo la exnadadora alemana Sarah Poewe, madrina del acto y la primera judía en ganar una medalla olímpica para Alemania después de 1936.
Este martes a las 20:00 horas locales, el presidente de la República Federal Alemana, Joachim Gauck, será el encargado de pronunciar el discurso de bienvenida para recibir a unos dos mil 300 deportistas judíos procedentes de unos 40 países del mundo.
En los Juegos Macabeos participan principalmente atletas europeos pero también se unen otras delegaciones invitadas como la de Estados Unidos, Australia o Israel.
Las competiciones no empezarán hasta el miércoles y de forma paralela se celebrarán distintos actos de recuerdo a las víctimas del Holocausto y también una exposición en la estación central de Berlín que rinde homenaje a figuras destacadas del deporte judío de los años treinta, como el del jugador de fútbol Gottfried Fuchs, que se vio obligado a huir a Canadá al ser perseguido por los nazis.
Los deportistas estarán alojados en el barrio berlinés de Neukolln, situado en las inmediaciones de la mezquita de Al-Nur, en la que a menudo predicadores radicales difunden mensajes contra Israel y los judíos.
Para facilitar su seguridad, a los atletas se les recomendó no moverse por el norte de este barrio como un “grupo judío reconocible”.
Las Olimpiadas de 1936 no constituyen el único capítulo negro en la historia del deporte israelí en Alemania. En el año 1972, durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Múnich se produjo un atentado que acabó con la vida de once deportistas israelíes.
Ocho terroristas palestinos que pertenecían al grupo “Septiembre Negro” entraron en la villa olímpica para perpetrar lo que se conocería como “Masacre de Munich”. En un principio mataron a dos atletas y tomaron a otros nueve como rehenes.
Su objetivo era lograr la liberación de unos 200 prisioneros alojados en cárceles israelíes y la de los fundadores del grupo germano Fracción del Ejército Rojo, encarcelados en Alemania.
El ataque terminó con un tiroteo que se saldó con la muerte de 11 deportistas israelíes y el fallecimiento de un policía alemán y de cinco de los ocho terroristas palestinos.