Río de Janeiro.- La presidenta brasileña Dilma Rousseff defendió hoy la solidez de la economía brasileña y negó que vaya a recortar el gasto social, pese a que el gigante sudamericano apenas creció en 2014 y las perspectivas para 2015 están por debajo del uno por ciento.
En un mensaje enviado al Congreso, que este lunes inició la nueva legislatura, Rousseff dijo que seguirá con su política de aumentos salariales, con el objetivo de seguir reduciendo la desigualdad en el país.
“Nuestro objetivo sigue siendo el mismo: crecimiento económico con inclusión social. No promoveremos recesión y retrocesos”, dijo la presidenta, quien fue reelecta en noviembre pasado para un segundo mandato.
La mandataria defendió su gestión de la séptima economía del planeta ante quienes le acusan de no haber hecho lo suficiente para mantener el crecimiento obtenido por su antecesor y mentor político, Luiz Inacio Lula da Silva.
Aseguró que, con unas reservas de divisas de 376 mil millones de dólares y una posición de quinto mayor receptor mundial de inversión extranjera directa, Brasil está en una situación de “seguridad para lidiar con incertezas y oscilaciones de la economía mundial”.
La jefa de Estado también prometió que, en un escenario de aceleración de la inflación, su Gobierno tendrá como prioridad el control de los precios, que los analistas prevén por encima del siete por ciento para 2015, así como la contención del gasto.
Brasil lleva meses sumido en una desaceleración económica que comenzó a afectar no solo al crecimiento, sino también al empleo, ya que en 2014 fue el año de menor creación de empleo en 12 años.
Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) indican que el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil debe crecer apenas un 0.3 por ciento.