Moscú.- El secretario estadunidense de Estado, John Kerry, se reunió hoy a puerta cerrada con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la residencia de verano del jefe del Kremlin en la ciudad rusa de Sochi, a orillas del Mar Negro.
Al comienzo del encuentro, Putin y Kerry se dieron la mano ante la prensa sin hacer declaraciones y enseguida se sentaron a negociar a puerta cerrada, según las agencias rusas de noticias Itar-Tass y Sputnik.
Aunque la agenda de la reunión no fue divulgada, el Departamento de Estado estadunidense reveló que Putin y Kerry abordarán el conflicto en Ucrania, Siria y Yemen, así como las negociaciones sobre el programa nuclear iraní.
Previo a la reunión, los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y Rusia mantuvieron un largo encuentro seguido de un almuerzo, en el marco de la primera visita de Kerry a Moscú en dos años.
Sin embargo, tampoco trascendió hasta ahora nada del encuentro, excepto que Lavrov le regaló a Kerry una cesta de patatas y tomates rusos, en respuesta a los dos ejemplares de patata de Idaho que Kerry le había obsequiado en su reunión de enero de 2014.
A su llegada a Sochi, Kerry colocó una ofrenda floral en el monumento a la Segunda Guerra Mundial antes de reunirse con el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.
Rusia confía en que la reunión ayude a normalizar las relaciones entre ambos países, tensas por la crisis ucraniana.
“Confiamos en que la visita del secretario de Estado sirva para normalizar las relaciones bilaterales, de las que tanto depende la estabilidad internacional”, declaró en un comunicado el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
Se trata del primer viaje de Kerry a territorio ruso desde el estallido de la crisis en Ucrania, que ha deteriorado las relaciones entre Rusia y Occidente, que acusa a Moscú de apoyar militarmente a los separatistas del este después de haberse anexionado la península de Crimea.
Tas su breve estancia en Rusia, Kerry viajará a Turquía para reunirse con los ministros de Exteriores de la OTAN y luego regresará a Washington para la cumbre de los líderes de los países árabes del Golfo en la que el presidente Barack Obama es anfitrión.