Río de Janeiro.- El presidente del Congreso brasileño, el conservador Eduardo Cunha, está siendo investigado por la fiscalía general del país por su supuesta implicación en el escándalo de corrupción vinculado a la Operación Lava Jato.
Un juez del Tribunal Supremo Federal de Brasil autorizó esta semana a que la Justicia accediera a documentos de la oficina de Cunha –en el cargo desde febrero- para esclarecer si se benefició personalmente de los recursos desviados desde la estatal Petrobras.
La prensa brasileña aseguró que Cunha, que ya figuraba en una lista de 50 políticos investigados por su supuesta participación en el escándalo de Petrobras, habría presionado a empresas como Samsung o Mitsui para pagar comisiones ilícitas a cambio de la atribución de contratos de suministro a Petrobras.
Cunha negó cualquier implicación en la trama y aseguró que las investigaciones son el resultado de una campaña en su contra por parte del fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot.
En curso desde abril de 2014, la Operación Lava Jato (“Operación Limpieza”, en portugués) investiga el desfalco de miles de millones de dólares desde la petrolera estatal.
Considerada por el fiscal general de Brasil como el mayor caso de desvío de dinero de la historia del país, decenas de empresas y ejecutivos ya fueron imputados, mientras 54 políticos –entre ellos los presidentes del Congreso y del Senado- son investigados por su supuesta implicación.
La petrolera estatal brasileña –cuya actividad supone en torno al 5.0 por ciento de Producto Interior Bruto (PIB) del país- presentó hace dos semanas su balance de cuentas de 2014 y admitió que dos mil millones de dólares fueron desviados ilícitamente de la empresa.