Nueva York.- Milicias y fuerzas de seguridad iraquíes incendiaron casas y negocios y destruyeron dos pueblos enteros en su lucha contra el grupo extremista Estado Islámico (EI), de acuerdo con Human Rights Watch (HRW).
En un informe difundido este miércoles, el organismo destacó que las milicias provocaron además el desplazamiento de miles de personas, y atacaron a civiles, lo que viola las leyes de la guerra y atenta contra la decencia humana.
Los ataques sucedieron en la localidad de Amerli y sus zonas circundantes, a principios de septiembre de 2014, luego de que ataques aéreos de Estados Unidos e iraquíes, forzaran la retirada de los combatientes del EI, apuntó el documento.
El informe destacó que el gobierno iraquí debe frenar a las milicias, y los países que participan en la lucha contra el EI, como Estados Unidos e Irán, deben asegurarse de que las operaciones militares y otras formas de apoyo a la lucha contra terroristas no allanen el camino para este tipo de abusos.
Con visitas en el terreno, análisis de imágenes de satélite, entrevistas, fotografías y videos, el organismo documentó que las milicias saquearon bienes de civiles sunitas que habían huido del conflicto, incendiaron sus casas y negocios y destruyeron al menos dos pueblos enteros.
Estas acciones constituyen una violación de las leyes de la guerra, de acuerdo con HRW. Asimismo, el informe documentó el secuestro de 11 hombres durante la operación, en septiembre y octubre.
“Irak no puede ganar la lucha contra las atrocidades de EI con ataques contra civiles que violan las leyes de la guerra y atentan contra la decencia humana”, dijo Joe Stork, subdirector para Medio Oriente y Norte de África de HRW.
Añadió que “los abusos de las milicias están haciendo estragos entre algunas de las personas más vulnerables de Irak y están exacerbando las hostilidades sectarias”.
El informe recordó que luego de un asedio de tres meses por parte del EI, las operaciones en tierra de las milicias chiitas progubernamentales y las fuerzas terrestres del gobierno iraquí y kurdo, respaldadas por ataques aéreos iraquíes y estadunidenses, echaron a este grupo terrorista de Amerli.
Indicó que luego de las operaciones para acabar con el asedio, las milicias, los combatientes voluntarios y las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron ataques en aldeas y barrios sunitas alrededor de Amerli en las provincias de Salah al-Din y Kirkuk.
Afirmó que las milicias planearon al menos algunos de estos ataques con antelación, lo cual plantea interrogantes acerca de si los órganos políticos y militares del gobierno que supervisan las milicias son responsables de la planificación de los ataques.
“Irak claramente afronta serias amenazas en su conflicto con el EI, pero los abusos cometidos por las fuerzas que lo combaten son tan desenfrenados y atroces que están amenazando a Irak en el largo plazo”, señaló Stork.
Agregó que “los iraquíes se encuentran atrapados entre los horrores cometidos por EI y el comportamiento abusivo de las milicias, y son los iraquíes más vulnerables los que están pagando el precio”.