Estados Unidos considera que, al menos en el caso del tráfico de drogas sintéticas, no ha funcionado la política de “abrazos, no balazos” en México, promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el más reciente reporte de la Comisión Estadunidense de Combate al Tráfico de Opioides Sintéticos, Estados Unidos catalogó a México como la principal fuente de fentanilo a su país, y lo señaló por no haber colaborado en detener el tráfico de estos estupefacientes, a pesar de que también le afecta.
“México es la fuente principal de este fentanilo ilícito y sus análogos hoy en día”, según el documento.
La comisión que elaboró este documento está integrada por el Senado, la Cámara de Representantes, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas, la DEA, el Departamento de Seguridad Interna, el Departamento de Defensa, el Departamento del Tesoro, el Departamento de Estado y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.
De acuerdo con el reporte, México aplicó una política de “abrazos, no balazos”, en parte por autopreservación, y en parte porque el problema supera las capacidades de las fuerzas de la ley.
Se señala que el presidente Andrés Manuel López Obrador eligió esta política a pesar de un incremento en la violencia en el país, y considera que deberá hacer mucho más en los próximos años si quiere enfrentar la amenaza que representan los cárteles de la droga.
“En parte por autopreservación y en parte porque los problemas de tráfico superan la capacidad de las autoridades actuales, recientemente adoptaron un acercamiento de “abrazos, no balazos” para enfrentar a los grupos criminales trasnacionales. Sin embargo, estos acercamientos no han podido enfrentar los temas de tráfico y se necesitarán mayores esfuerzos”, se lee en el reporte.
Especialmente los dos cárteles que dominan el mercado en México: el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación.
Se considera que esa política no ha podido tener un acercamiento efectivo al problema y se requieren otras acciones, y se asegura que México se niega a aceptar que el tráfico de opioides sintéticos ha crecido desde nuestro país.
Se plantea que hay pocos recursos para combatirlo, falta de regulación del mercado y hay desentendimiento del tema por parte de autoridades locales.
Además de la crítica a las políticas antidrogas poco efectivas en México, el reporte abunda en cómo se producen y trafican este tipo de drogas por las que, en los últimos meses, más de 100 mil personas murieron en Estados Unidos por sobredosis.
Se detalla que los precursores de drogas como el fentanilo llegan desde países de Asia, como China e India, donde hay grandes industrias farmacéuticas.
En México, la droga es producida y transportada, donde causa más problemas, como corrupción y un aumento en la violencia relacionada con cárteles, los que producen la droga, principalmente en forma de tabletas.
Según el reporte, la droga es traficada en pequeñas porciones difíciles de detectar en paquetes, vehículos y con personas, a través de la frontera con Estados Unidos, e incluso por servicio postal, desde casas de seguridad cerca de la frontera.
Según investigaciones de las agencias de inteligencia citadas en el reporte, los cárteles en México son contactados a través de redes sociales.
Estados Unidos también asume algo de responsabilidad. Está consciente de que, para romper el flujo de drogas sintéticas, se debe disminuir la demanda de estas drogas e incluso admite que el tráfico de armas hacia México, y el lavado de dinero, facilitan el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Se propone que ambos países controlen el flujo de precursores sintéticos desde Asia, que se fortalezca el combate al lavado de dinero, se aumenten las capacidades de vigilancia de cargamentos aéreos y marítimos sospechosos y se fortalezcan entidades anticorrupción en México.
(milenio.com)