Río de Janeiro.- La crisis hídrica que azota en especial el sudeste de Brasil y que provocó un suministro controlado de agua en zonas del estado de Sao Paulo se extendió a Río de Janeiro.
En este estado dos embalses registraron los niveles más bajos en décadas, situación que amenaza con que se imponga ahora un racionamiento de energía en el motor económico del país sudamericano.
Los datos publicados este lunes señalan que dos embalses del estado de Río de Janeiro se encuentran en niveles mínimos, a causa de la falta de lluvias en la región.
El embalse de Funil, que contribuye al abastecimiento de energía de Río de Janeiro y Sao Paulo, alcanzó el sábado su menor nivel de la historia, con apenas 3.49 por ciento de su capacidad, algo jamás registrado desde que comenzó sus operaciones en 1969.
El de Santa Branca, situado en el interior de Sao Paulo pero que suministra a la región metropolitana de Río de Janeiro, está también en nivel crítico y ya fue liberado el uso del “volumen muerto” de agua de ese embalse, una especie de reserva de emergencia.
En plena canícula por el intenso calor del verano, en Sao Paulo –corazón industrial del país- la situación es aún más compleja, pues los niveles de los embalses de mayor capacidad llevan meses en niveles bajísimos que no fueron revertidos por precipitaciones en el actual período de lluvias, que termina en pocas semanas.
El caso más preocupante es el del llamado sistema Cantareira, que abastece de agua a casi nueve millones de personas en el estado de Soa Paulo, pues se encuentra en el 5.1 por ciento de su capacidad, cuando lo habitual en estas fechas es que ronde el 70 por ciento.
Así, la amenaza por la histórica sequía –que en algunas regiones es la peor en 70 años- tiene el doble efecto de provocar un racionamiento de suministro de agua y, a la vez, de electricidad, pues en torno al 80 por ciento de la electricidad que se produce en Brasil proviene del sector hidroeléctrico.
Los expertos acusan también al Gobierno, en especial al del estado de Sao Paulo, de falta de planificación e inversiones, pues Brasil es uno de los países con mayores recursos hídricos del mundo (13 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta).