Los tres precandidatos panistas ganaron el debate; los que perdieron fueron los ciudadanos –militantes o no-, que se quedaron con cara de ¿what? al quedarse sin la posibilidad de ver no una pelea callejera sino una civilizada confrontación de propuestas en lugar de un listado de buenos deseos.
Fue un debate descafeinado, en el que, por ejemplo, no escuchamos una propuesta de Josefina Vázquez Mota para atender la problemática específica de las mujeres.
Cierto, la diputada con licencia por fin dejó el discurso de ama de casa para mostrarse como una política de primera división, pero siendo su bandera la equidad de género, bien pudo haberse congraciado con su mercado natural, es decir, con las mujeres.
De Cordero se pueden destacar la consistencia de las propuestas en el tema económico, su fuerte sin duda alguna y el vago intento por confrontar a Vázquez Mota al final del supuesto debate.
Creel estuvo en su papel de Creel; tiene carisma, sin duda, pero sus propuestas huelen a viejo.
Dados los resultados del experimento –mal experimento porque la conexión a Internet se caía por largos periodos-, el segundo debate está en veremos; éste debía ocurrir antes del 30 de enero pero dadas las circunstancias parece que lo dejarán para mejor ocasión.
Ni hablar, los panistas dejaron pasar una oportunidad para arrasar en los medios.
Hoy comienza la desbandada en el Comité Nacional del PRI y la fracción tricolor de la Cámara de Diputados.
Todo, porque los aspirantes a una senaduría tienen hasta el día 19 para registrarse y competir, el 21, en proceso interno por una candidatura a la Cámara Alta.
El presidente del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell anunciará hoy los cambios en el Comité Nacional; los que se van buscarán una senaduría y los que llegan, impedidos estatutariamente para competir por un puesto de elección popular, esperarán el resultado de la elección presidencial para amarrar una posición en el gobierno federal.
Hoy pues, la desbandada.
Para el equipo de la diputada Alejandra Barrales Magdaleno resulta altamente sospechoso que el ahora ex secretario de Turismo del DF, Alejandro Rojas, se haya aventado la puntada de declarar ganador de las encuestas al ex procurador Miguel Mancera.
Y es que, dicen, Rojas no se manda solo, por lo que la declaración del ex funcionario les huele a complot.
Cierto o no, la diputada rompió relaciones con el DIA y con Manuel Camacho Solís, hasta que éste resuelva sobre “el cochinero’’ en el que se ha convertido el levantamiento de las encuestas y se censure públicamente a quienes no respetaron el acuerdo de no hacer declaraciones hasta mañana, cuando oficialmente se conozca el resultado del sondeo.
Camacho no hizo ninguna declaración de censura y se limitó a decir que se tomó un café con Barrales, pero ello no significa que la asambleísta haya aceptado regresar a la mesa de negociación encabezada por Camacho.
O sea, el PRD en su hábitat natural.