El ex presidente Vicente Fox Quesada volvió a las andadas; propuso ayer pactar una tregua con el crimen organizado y amnistiar a los capos de la droga para acabar con la violencia que vive el país.
Las reacciones en contra de las declaraciones Fox no se hicieron esperar, aunque no eran nuevas.
Lo que Fox no quiere entender es que, irremediablemente, cuando reitera su posición sobre ese tema, propios y extraños le restriegan en la cara el hecho de que durante su gestión se “fugó’’ el capo más importante no de México, quizá del mundo, el famoso “Chapo Guzmán’’.
Lo interesantes del asunto es que no son los priístas quienes tienen fresca en la memoria la fuga y sus muy singulares características, que acusan complicidad pero no se sabe hasta qué nivel de gobierno.
Si esa es la tesis que sostenidamente ha pregonado Fox, la pregunta es si en su sexenio hubo pacto con los cárteles o no.
La pregunta la hicieron ayer algunos panistas presentes en los eventos que tuvieron por separado Santiago Creel y Ernesto Cordero.
Porque si esa fue la tónica del foxismo, entonces se pueden entender muchas de las cosas que sucedieron hace años y que hoy explican la violencia que padece el país.
Fox, convertido en el enemigo más reconocido de la estrategia de combate al narco del presidente Calderón, le debe una explicación a México.
Muy buena impresión dejó Santiago Creel entre los más de 400 industriales que acudieron a una plática que ofreció el precandidato panista.
Creel ofreció una visión de lo que sería su gobierno en temas como seguridad, economía, desarrollo social y educación.
Creel propuso la creación de una Secretaría del Interior que agrupara a todos los organismos civiles de seguridad, como el Cisen y el Instituto Nacional de Migración, entre otros, así como la creación de una “DEA’’ mexicana encargada del combate al narcotráfico.
Pero en donde se llevó las palmas del respetable fue cuando propuso rescatar a la educación pública, quitársela “a los dos que deciden, gobierno y sindicato, para devolverla a la sociedad’’.
De paso, Creel dijo no pactaría con la profesora Elba Esther Gordillo y ya encarrerado se manifestó a favor de la “democratización’’ del sindicato magisterial.
Seguramente se hizo de un voto menos.
El que se voló la barda fue Emilio Gamboa al comparar al actual Secretario de Gobernación, Francisco Blake, con el ex vocero del presidente Fox, Rubén Aguilar por aquello de “lo que el Presidente quiso decir…’’.
Lo cierto es que más allá de la anécdota, las declaraciones del presidente Calderón sobre los priístas que presuntamente estarían dispuestos a negociar con la delincuencia organizada traspasaron la frontera de los malos entendidos y llegaron hasta el Instituto Federal Electoral.
Mal inicio para un proceso electoral que de suyo se veía complicado y que ahora se tensará; a ver hasta dónde aguanta la liga.