Cuando se forma un trombo en la circulación, se obstruye el vaso sanguíneo donde se formó ese conglomerado de plaquetas y una red de fibrina. Me explico: la fibrina es una proteína que tenemos en la sangre en forma inactiva, pero cuando se activa la coagulación, se hace dura, sólida, con lo que atrapa a las plaquetas, que son llamadas también trombocitos. Por eso se llama trombo a un coágulo formado dentro de los vasos sanguíneos y si ese conglomerado se desplaza, es conocido como émbolo, una palabra que viene del griego y quiere decir “tapón”.
El término paradoja se refiere a una situación que ocurre de manera diferente a la que se espera. Paradoja viene del griego y quiere decir “en contra de la opinión generalizada”. Efectivamente, una embolia paradójica es la presencia de un “tapón de sangre venosa, obstruyendo una arteria” y es una de las causas menos frecuentes de embolia, pero es una causa muy interesante, ya que se asocia a una situación muy común en personas sanas, el llamado foramen oval permeable.
Les explico: cuando nacemos se nos debe cerrar una comunicación entre las aurículas, pero a veces esto no ocurre y se pueden dar dos situaciones. Por un lado, si los tejidos internos no se alcanzan a formar, quedará un orificio de un centímetro o más, de forma permanente y que por sí misma es una enfermedad a la que llamamos Comunicación interauricular, que es la enfermedad congénita del corazón más frecuente detectada en la edad adulta.
En segundo lugar, si los tejidos sí se forman completos pero no se solidifican de manera definitiva, es decir no se “pegan” perfectamente, dan origen a que pueda pasar sangre de un lado a otro del corazón cuando aumenta la presión, por ejemplo al pujar o levantar algo pesado. A esto se le llama Foramen, del latín forare “perforar” y el sufijo men que indica resultado, así que foramen quiere decir perforación o agujero, pero a diferencia de la comunicación interauricular, se trata de un agujero tapado, pero no sellado.
El 2% de todas las embolias arteriales, se originan en el territorio venoso, habitualmente en las piernas y al desplazarse el émbolo hacia los pulmones, que es el sitio adonde debe llegar la sangre venosa, algunas veces encuentra paso por el foramen oval que está permeable en ese momento y se desplaza al cerebro, a otros órganos incluyendo al corazón o puede irse hacia una extremidad como piernas o brazos. No es una condición tan rara, pues vemos unos dos mil casos nuevos por año en nuestro país, pero lo verdaderamente preocupante es que el 25% de los humanos totalmente sanos pueden tener esta condición del Foramen Oval Permeable.
Es decir, uno de cada cuatro personas sanas podría tener una embolia que le ocasione daños irreversibles en el cerebro u otro órgano, por lo que les conviene a ustedes, amables lectores, conocer las situaciones que los pondrían en riesgo de desarrollar un trombo venoso.
Las principales situaciones asociadas a la posibilidad de tener una trombosis en las piernas, que es el principal origen de los coágulos, es el reposo prolongado, los viajes largos, las operaciones sobre todo las ortopédicas y de próstata, las enfermedades que favorecen la coagulación, los traumatismos y el embarazo.
Todas estas condiciones se asocian a la posibilidad de una trombosis venosa y una embolia pulmonar al desplazarse el trombo; pero además, una cuarta parte de las personas podría tener la embolia paradójica si tiene un foramen permeable en el corazón.
El ecocardiograma es muy sensible para detectar el foramen, pues esta situación no da molestias ni soplos, ni alteraciones en una radiografía o electrocardiograma. Entendamos que se presenta en gente sana, pero no se justificaría hacerle el estudio de Ecocardiografía a todas las personas, por lo tanto, yo creo que lo que debemos conocer son las diferentes causas de trombosis venosa y hacer lo posible por prevenirlas.
El tema del tratamiento sigue siendo muy controvertido, pues hay grupos médicos en el mundo que consideran pertinente aplicar un dispositivo para cerrar definitivamente el foramen oval, como lo hacemos mediante cateterismo en el caso de la comunicación interauricular, pero esta conducta no está avalada en estudios científicos suficientes. Además, la aplicación de un dispositivo sería después de que ya ocurrió la embolia paradójica, sólo para prevenir otro evento subsecuente, pero no hace nada por los daños que hayan ocurrido con la primera embolia.
Por ello, otros grupos médicos opinan que los pacientes que han sufrido una embolia paradójica solamente deben ser tratados con anticoagulantes de manera crónica y mantener una actitud de alerta para evitar las trombosis en las piernas. Esta es la forma como yo opino sobre el tema, un tema muy controvertido, interesante y no tan raro como podría sugerir su nombre.
Espero haberlos informado y como siempre, estoy a sus órdenes en mi correo.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.