Como a las 4 de la mañana, a Doña Celia la despertó un terrible dolor en el pecho, estaba sudando muy frío y tenía falta de aire; de inmediato notó que había dejado la ventana abierta. En las dos últimas semanas, ya había tenido este mismo dolor tres veces; dos de madrugada y una después de una copiosa comida en un restaurante. Las tres veces el dolor había sido muy intenso, lo que le provocaba una muy desagradable sensación de pérdida de la fuerza en los brazos, acompañada de falta de aire y sudoración fría muy fuerte, que le escurría por la nuca y le mojaba el pelo.
Cuando tuve la oportunidad de consultarla, parecía sana.
Me aseguraba que era capaz de hacer diariamente una caminata de media hora sin ninguna molestia, no tenía soplos ni ruidos anormales al auscultarla y el electrocardiograma (e.c.g.) que le tomé en ese momento era completamente normal. Yo no tenía duda alguna del diagnóstico, pues el caso era muy claro: Doña Celia padecía angina de pecho por espasmo coronario.
Le expliqué ampliamente su problema, le solicité estudios que nos podían llevar a una clara comprobación y le inicié tratamiento con medicamentos adecuados para su problema de espasmo coronario. Aquí fue cuando mi paciente me pidió que se lo explicara de nuevo y como a ella, a ustedes amables lectores, les comento qué es un espasmo de las coronarias.
Debemos entender por espasmo coronario a la contracción brusca del músculo liso de estos vasos sanguíneos. Todas las arterias están compuestas por tres capas, colocadas como telas de cebolla y la de en medio es músculo liso, igualito al que tenemos en los intestinos.
Seguramente todos hemos tenido un cólico que nos dobla de fea manera. Eso se debe a la contracción del músculo de la pared de los intestinos, exactamente como se presenta un espasmo de las coronarias, tanto en personas que tienen obstrucciones por ateroesclerosis como causa de su angina de pecho, como algunas personas que sin lesiones obstructivas, tienen angina por espasmo.
El 95% de quienes tienen infarto o angina de pecho, este problema les ocurre por ateroesclerosis (las lesiones con grasa que tapan las arterias) y el 5% son enfermos sin ateroesclerosis, entre los que destacan los que tienen espasmo. Cuando algunas personas con espasmo coronario han fallecido, se les ha encontrado en la autopsia que tienen una muy alta concentración de una célula que si bien es normal en el organismo, se juntan demasiadas en las coronarias de quienes en vida padecieron espasmo coronario.
Estas células se llaman mastocitos o células cebadas (lo cual significa que son muy tragonas, pues están llenas de gránulos). Descubiertas desde 1906 por Paul Ehrlich en Alemania, están involucradas en todo tipo de procesos alérgicos e inmunológicos.
Pero hay otros factores involucrados en el espasmo, además de los mastocitos, como la genética. Se sabe que en pueblos orientales, como los japoneses, el espasmo coronario es cinco veces más frecuente que en México, por lo que sin duda los genes participan en esta enfermedad. También participa el estado psicológico de las personas, pues quienes padecen del problema son mucho más ansiosos y angustiados que el resto.
Las alteraciones del estado del equilibrio ácido-base también participa en la producción del espasmo.
Me explico: hace años que se observa que después de la comida o de madrugada, era más frecuente que las personas propensas al espasmo lo tuvieran, exactamente como le pasa a Doña Celia. De madrugada y después de la comida, nuestra sangre tiende a estar más alcalina que ácida y eso favorece el espasmo. El nivel de acidez o alcalinidad de la sangre es el resultado de todos los procesos químicos que nuestro cuerpo tiene que desarrollar para mantenernos vivos.
El espasmo es más frecuente en las mujeres (¿se acuerdan de la columna dedicada al corazón de las mujeres?) aunque la causa no es bien conocida. Otro factor bien conocido para presentar espasmo coronario es la exposición brusca al frío, como los aires acondicionados o ventanas abiertas en una recámara durante la noche. No dejen de notar que la mayoría de pacientes con espasmo coronario, tienen el corazón estructuralmente sano, es decir que aunque les abriéramos el pecho, veríamos un corazón completamente sano, ya que el espasmo es una alteración de la función, no de la estructura del corazón.
Como pueden ver, derivado de las primeras líneas, el diagnóstico de espasmo en Doña Celia era sencillo, pues conjuntaba muchos factores: el dolor de pecho le daba en la madrugada o después de la comida, se durmió con la ventana abierta lo que la expuso al frío, es mujer, sin soplos en el corazón y la historia del dolor era cíclica, era repetitiva.
El apoyo para el diagnóstico, se logra con un e.c.g. durante el dolor, o con un e.c.g. tomado a través de 24 horas mediante una grabadora (llamado también estudio de Holter) en donde se observan claras alteraciones de una parte del trazo llamado segmento ST y que no considero pertinente intentar una mayor aclaración.
La otra herramienta útil para el diagnóstico es el cateterismo cardíaco, ya que al exponer al paciente al frío (como ponerle una mano en hielo) y con un catéter en las coronarias, se demuestra el abrupto cierre del vaso arterial y que se vuelve a abrir al ponerle nitroglicerina inyectada en forma directa. Sí, la misma nitroglicerina que se usa en perlas o pastillas debajo de la lengua o en parches en el pecho, para tratar la angina de pecho.
De plano esta columna está muy densa, difícil de poner en palabras sencillas, pero créanme que he hecho mi mejor esfuerzo.
Por ello, no duden en pedirme que se los explique de nuevo. Usen el blog o mi correo, pues sin duda, disfruto mucho sus comentarios o preguntas y de ninguna manera me molestaría volver a explicarles lo que no les haya dejado claro. Hasta la próxima.
Correo: ricardo.jauregui03@gmail.com