En los últimos quince años, los accidentes se han colocado dentro de las diez primeras causas de muerte en nuestro país. Efectivamente, cada año mueren casi veinte mil personas en accidentes, sobre todo los de tipo vial y es por eso que la Organización Mundial de la Salud, coloca a México en el séptimo lugar en el mundo en cuanto a la frecuencia de mortalidad por accidentes. No hay que olvidar que las drogas y el alcohol se encuentran presentes en el 80% de los responsables del percance.
Un aspecto muy interesante y que tiene implicaciones prácticas que perjudican enormemente a los pacientes, es que los médicos no piensan en las lesiones cardiovasculares cuando se enfrentan al tratamiento de un paciente que sufrió un politraumatismo por un accidente vial. Esto fue reconocido desde hace cuatro décadas sin que el problema se haya resuelto, de hecho mi propia tesis para recibirme como cardiólogo, la realicé sobre este tema al estudiar a cinco pacientes que habían tenido un accidente vial con lesiones cardiovasculares de varios tipos, tratados en el Centro Médico Nacional en los últimos veinte años y quedé sorprendido cuando en el siguiente período de estudio, en solo un año, pude identificar 17 pacientes con una lesión cardiovascular después de un accidente vial.
De hecho hay varios mecanismos de lesión cardíaca traumática, pues no se requiere gran fuerza del mecanismo de lesión, sino que es la coincidencia entre una fase específica del ciclo cardíaco y el traumatismo.
Así pues, sorprende que hasta un golpe en el pecho con un balón de futbol pueda provocar un infarto del miocardio, como ocurrió de hecho en dos casos que publiqué en 1994 en la Revista Mexicana de Cardiología, que eran parte de un grupo de catorce casos de infarto traumático, sin que en ninguno de estos casos, se hubiera sospechado el diagnóstico por parte de los médicos que los atendían antes de que llegaran al Centro Médico.
Las razones de que no se sospeche el diagnóstico de lesión cardiovascular traumática son múltiples. Primero porque cuando el paciente avisa que le duele el pecho se atribuye a los múltiples golpes y en caso de estar inconsciente, no se practican estudios básicos para el análisis de una lesión en el corazón, a pesar de que el 74% de los politraumatizados tienen participación cardiovascular en sus lesiones.
De hecho, no debemos olvidar que las lesiones cardiovasculares son la segunda causa de muerte en pacientes politraumatizados en un accidente vial. Hay un estudio de hace unos 25 años, que demostró que al estudiar las necropsias de 492 pacientes politraumatizados que habían fallecido, 74% tenían alguna lesión cardiovascular tan grave como para haber provocado la muerte, pero sólo se había sospechado su existencia ¡en el 8% de los pacientes mientras estaban vivos!
La lesión traumática del corazón más común en un accidente vial, es la contusión miocárdica, que literalmente es un golpe cardíaco. Con mucho, la principal causa es el traumatismo del volante de un vehículo cuando una persona lo impacta a gran velocidad. El diagnóstico se hace por la presencia de arritmias en un 80% de las personas, en el electrocardiograma y si se le hacen exámenes específicos como las enzimas cardíacas en sangre y un ultrasonido cardíaco, podríamos salvar más vidas.
Otras lesiones que se han descrito y obligan a efectuar una cirugía de corazón abierto, son la ruptura del tabique cardíaco que divide a los ventrículos y la ruptura de una válvula cardíaca, sobre todo la mitral es la que vemos afectada.
Pude atender hace años un caso que ejemplifica esta enorme confusión que se produce en un politraumatizado, que impide efectuar un correcto diagnóstico de la participación de una lesión cardiovascular en el estado de gravedad del paciente. Un varón de 44 años de edad, fue ingresado con una fractura expuesta del fémur derecho y estallamiento del hígado después de chocar y volcar su vehículo en carretera. Fue operado de ambas lesiones, pero 24 horas más tarde seguía sin mantener su presión arterial en niveles correctos, ya ventilaba espontáneamente y estaba consciente. Sus médicos no se explicaban su lamentable estado, hasta que un interno, el médico de menos experiencia en ese hospital, sugirió que se le tomara un electrocardiograma y se hiciera una interconsulta que tuve oportunidad de atender.
Presentaba una contusión miocárdica muy severa que le provocó una pésima circulación pues estaba en estado de choque. Con tratamiento a base de medicamentos para apoyar al corazón, llamados dopamina y dobutamina, logramos sacarlo adelante y diez días después estaba en casa.
Revisar este tema podría parecer estéril en una columna como ésta, pero si al menos uno de ustedes, amables lectores, recibe con esto información que le oriente para obtener un poco de ayuda en una situación como la relatada, me sentiré muy satisfecho.
ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.