Varios padecimientos cardiovasculares pueden agravarse cuando viajas. Debido a diversas situaciones relacionadas con los viajes, una persona puede ponerse muy grave y puede llegar a fallecer.
Entre estas situaciones tenemos al reposo prolongado, a la inmovilidad de las piernas, a que las personas toman pocos líquidos mientras viajan, así como a las condiciones del viaje, los efectos del cambio de horarios (el famoso jet lag) y los sitios a los que se va a viajar.
Hay también circunstancias relacionadas con la salud de los pacientes, que favorece la posibilidad de graves descontroles de diversos padecimientos cardiovasculares y que los puede llevar a la muerte. Entre estas circunstancias está la presión arterial elevada, la tendencia a formar trombos dentro de los vasos sanguíneos puesto que enfermedades como la angina de pecho tienden a producir coágulos, están los soplos cardíacos y la presión pulmonar alta.
Intentaré explicar más ampliamente estos conceptos, que de entrada parecen complejos pero que con la información que les brindo en la columna de hoy, espero aclarar sus dudas.
Iniciemos con las condiciones del viaje. En el caso de viajes cuya duración sea mayor a cuatro horas por tierra, se recomienda detenerse cada dos horas como máximo, tomar 150 a 200 ml de agua y caminar por lo menos 10 minutos cerca del sitio donde la persona se detuvo. Esto es similar en viajes aéreos, pero dada la dificultad de los espacios estrechos en los aviones, les recomiendo hacer ejercicios musculares en su asiento, que incluyen contracciones y estiramientos de sus piernas y brazos cada hora.
Si usted viaja a lugares más bajos que la Ciudad de México y por más de 5 días, consulte a su médico sobre los ajustes que debe hacer con sus medicinas, pues los efectos son diferentes en las diversas alturas de las ciudades en nuestro país, por lo que también es valedero en sentido inverso. Si usted vive en una costa y va a viajar hacia la Meseta Central a ciudades como el DF y Toluca, requiere ajustes en sus tratamientos si va a permanecer cinco o más días en estas ciudades. Esto lo vemos mucho en pacientes hipertensos, que se sienten muy mal cuando mantienen sus dosis de medicamentos y han viajado a ciudades de altura diferente.
Los riesgos cardiovasculares están también relacionados con la tendencia natural a formar coágulos en varias enfermedades de la circulación. Así, quienes tienen cardiopatía isquémica, que incluye a la angina de pecho y al infarto, tienen esta tendencia y requieren medicamentos para prevenir una trombosis. Esto también ocurre en quienes tienen válvulas cardíacas artificiales, en los pacientes cuya sangre es más espesa como les pasa a los obesos, a los que tienen Cor Pulmonale que es aquella condición en la que los pulmones fallan y hacen fallar al corazón, así como a los pacientes con Síndrome Metabólico, que es aquella condición conocida como “la enfermedad de los cuellos sucios” como les he explicado en otra columna.
Una situación muy importante es la prevención, de tal manera que la mayoría de las personas se ven beneficiadas con el empleo de una dosis de 300 mg de aspirina, tomada por lo menos 24 horas antes del viaje. A esto se debe añadir un anticoagulante inyectado si el viaje será mayor a doce horas, sobre todo en personas que padecen várices, en pacientes con angina de pecho y antecedente de un infarto, así como en personas con su sangre más espesa como le ocurre a los fumadores y a los que padecen presión pulmonar elevada.
Con los anticoagulantes inyectados que más experiencia se tiene y con los que hay más información disponible, son la enoxaparina y la fraxiparina, cuyas dosis deben ser indicadas por su médico de cabecera. Estos medicamentos deben ser usados 48 horas antes de viajar, sin que vaya a olvidar, amable lector, que esto se debe repetir al regreso, por lo que le conviene llevar en su maleta las dosis que va a emplear cuando vuelva a casa, junto con su receta, para evitarse problemas en aduanas.
Los anticoagulantes orales como la warfarina, sólo son útiles si usted los toma desde antes de su viaje, por prescripción médica, puesto que tarda 72 horas o más en tener un buen efecto contra los coágulos, así que no intente prevenir el desarrollo de un trombo tomando anticoagulantes uno a dos días antes de viajar, si no los usaba desde antes.
Además del uso de anticoagulantes y antiplaquetarios como la aspirina, considere la necesidad de líquidos abundantes, caminatas además de ejercicios en su asiento, así como medias elásticas de acuerdo con las indicaciones de su médico.
Si todavía no se convence de que necesita emplear estas medidas preventivas, sólo le comento que una de cada tres personas que desarrollaron una tromboembolia pulmonar por un viaje prolongado, se muere de manera súbita en los siguientes siete días.
Hasta la próxima.