Hace unos días me consultó un paciente por teléfono, debido a que llevaba un día con hipo, lo cual incluso había ocurrido casi de manera ininterrumpida, pues incluso no había podido dormir.
Le pedí que tomara un remedio que usamos en los hospitales, consistente en beber una mezcla de gel de aluminio con un anestésico local llamado lidocaína y eso lo resolvió en pocos minutos. De no haberse resuelto, lo hubiera citado en el servicio de urgencias, pues podría estar desarrollando un infarto.
Así como lo lees, amable lector.
El hipo, conocido también como singulto, es un síntoma que todos hemos tenido y por eso mismo, podría parecer muy extraño que les mencione la posibilidad de padecer un infarto cuando el único dato es el hipo. Pero así es, pues el hipo persistente puede tener su origen en alguna enfermedad muy grave.
El hipo es conocido desde hace más de dos mil años y es debido a una irritación del nervio frénico, que controla al músculo diafragma que divide al tórax del abdomen.
Cuando se irrita el nervio frénico, se produce una brusca inspiración de aire, lo que cierra la glotis (a nivel de la garganta) lo que produce el ruido característico del hipo, con una contracción brusca del diafragma y de los músculos que están entre las costillas.
Hay básicamente dos tipos de hipo, el agudo y el persistente (que incluye al refractario, cuando dura más de un mes). El agudo es el que todos hemos padecido alguna vez y que se debe a problemas digestivos como distensión del estómago por alguna comida irritante o haber bebido alcohol.
Aunque te parezca muy incómodo, se autolimita casi siempre, por lo que desaparecerá aunque no hagas algo para quitarlo.
Hay decenas de trucos para quitar el hipo, además de unos treinta diferentes medicamentos, que incluyen el truco que les mencioné líneas arriba, consistente en mezclar dos mililitros de lidocaína con treinta mililitros de algún gel de aluminio y magnesio.
Pero si el hipo dura más de dos días, debes consultar a tu médico de confianza, pues hay más de cien causas del hipo persistente y muchas de ellas son muy graves, pues incluyen al cáncer de pulmón, la tromboembolia pulmonar, el infarto del miocardio, tumores cerebrales, hemorragias en el cerebro, efectos indeseables de algunos medicamentos, hernia hiatal y muchas más.
Hay muchos casos de infarto del miocardio que se presentaron solamente con hipo y que fueron publicados en la literatura médica y personalmente me han tocado tres casos con este problema, cuyo único síntoma era el hipo persistente.
En algunos casos se han asociado otros síntomas como falta de aire y sudoración fría y abundante, pero en otros sólo el hipo ha estado presente.
Lo primero que los médicos hacemos ante un hipo de más de dos días, después de un examen físico completo, es una radiografía de tórax y un electrocardiograma, para luego continuar con análisis orientados por estos dos primeros exámenes.
En el caso de un infarto, debemos determinar las enzimas en la sangre, que son sustancias liberadas desde el miocardio lesionado, pues la falta de circulación provoca la muerte de las células cardíacas de manera progresiva.
El tratamiento de un caso como éstos, no tiene ninguna diferencia con el tratamiento que le ofrecemos a un paciente con infarto manifestado como dolor del pecho, de tal manera que por hipo persistente, una persona puede terminar en sala de cateterismo cardíaco para poder abrirle la arteria coronaria que se le tapó, provocando el infarto.
Con esto espero haberte sensibilizado, amable lector, para que te cuides más. Ya te había mencionado que un 10 al 15% de los pacientes con infarto del miocardio, no tienen dolor de pecho, que es el síntoma habitual en esta situación, pudiendo tener otras molestias, llamadas síntomas similares o equivalentes.
Ahora ya sabes que el hipo es una manifestación que puede ser grave, pues cuando te ha durado más de dos días, puedes estar enfrentando una enfermedad mortal.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.