Si le preguntas a un niño en edad escolar: ¿cuál es la función del corazón?, seguramente podrá responderte de manera correcta, ya que todos sabemos que se encarga de bombear la sangre por todo el cuerpo.
Efectivamente el corazón es una bomba muy eficiente, de hecho, es capaz de mover toda la sangre de una persona en un solo minuto. Pero esa no es su única función, puesto que también es un sincitio eléctrico y una glándula. Tres funciones para este órgano parecen muchas, pero sin duda que el corazón cumple muy bien con ellas.
El concepto de sincitio eléctrico, quiere decir que una vez que el corazón ha producido un impulso eléctrico, éste es transmitido a todo el resto del mismo en milisegundos, con lo cual funciona como un todo y se contrae.
El corazón es también una glándula, ya que produce tres sustancias que ayudan en la regulación de la presión arterial.
Hace unos 30 años que se descubrió esta función y desde entonces, no ha dejado de sorprendernos a los médicos, puesto que una glándula es un órgano que elabora una sustancia que es liberada hacia la sangre, con lo que llega a otro órgano a distancia y lo estimula a funcionar.
Una sustancia así es llamada “una hormona”, nombre que proviene del vocablo griego hormao que quiere decir “yo te hago trabajar”.
Las hormonas que produce el corazón son proteínas, por lo tanto se trata de cadenas de aminoácidos, una de las piezas clave para la vida, a los que llamamos polipéptidos.
Se trata de tres péptidos, el llamado Péptido Natriurético Auricular (conocido comúnmente como PNA) con 28 aminoácidos y un puente disulfuro; el Péptido Natriurético Cerebral (conocido comúnmente como PNB), ya que se usa la “B” por brain puesto que se identificó primero en el cerebro de los cerdos, pero su origen es principalmente en los ventrículos del corazón humano y está formado por 32 aminoácidos.
Finalmente, el Péptido tipo C, (PNC) con 22 aminoácidos, que es el más escaso en el corazón, se considera que no tiene o es minimamente natriurético ya que sobre todo es vasodilatador, pues estimula directamente a los vasos sanguíneos para que se relajen, a lo cual se le conoce como actividad parácrina.
El PNB es el que ha recibido mayor atención, desde que se descubrió que tiene un precursor llamado ProPNB, que empieza a elevarse en cuanto hay mala función de los ventrículos. Esto resulta crucial, pues a pesar de que el paciente no sienta nada malo pues ni le duele el pecho ni le falta el aire y a pesar de que el médico no detecta nada malo al revisar al paciente y su electrocardiograma sea normal, los niveles altos de ProPNB en la sangre de la persona, permiten diagnosticar que ese paciente ya está en insuficiencia cardíaca y requiere tratamiento médico, así como eliminar la causa de la insuficiencia cardíaca cuando sea posible.
Les voy a poner un ejemplo que ha revolucionado a la Cardiología en los últimos años.
Los pacientes con una grave lesión en alguna de sus válvulas cardíacas, muy frecuentemente son tratados con cirugía de cambio valvular, pero dado que esto significa correr un riesgo alto así como el uso crónico de anticoagulantes, tratamos de tomar la decisión de operar a estos pacientes hasta que se considera absolutamente necesario, lo cual hacía que a veces la cirugía se hiciera tardíamente, lo cual puede tener consecuencias fatales para el paciente.
Sin duda, ahora al hacerles una determinación de ProPNB y encontrar niveles muy elevados, se facilita la decisión, ya que tenemos con esto un elemento de juicio de mucho peso a favor de que ya es impostergable la cirugía y como la función ventricular aún no se deteriora realmente, el riesgo de muerte durante la cirugía es mucho menor.
Otro grupo de pacientes que han resultado muy beneficiados al hacerles la determinación periódica del PNB y de su precursor, son aquéllos que padecen de insuficiencia cardíaca, puesto que al observar como van disminuyendo paulatinamente los niveles del péptido, podemos darnos cuenta si el tratamieto está dando buenos resultados o si se requieren otros ajustes.
Los pacientes que ingresan a un hospital con un infarto del miocardio, elevarán esta sustancia en su sangre durante la fase aguda y esto nos sirve a los cardiólogos para normar el manejo que debemos ofrecerles a nuestros pacientes.
Por lo tanto, amables lectores, les recomiendo que hablen con su médico sobre este punto y les pregunten si requieren la realización de este estudio, pues podría definir mucho mejor el tratamiento que les ofrecen a cada uno de ustedes.
Mail: ricardo.jauregui03@gmail.com
Hasta la próxima.